El tema del seguro de vida suele surgir tras la pérdida inesperada de un familiar o amigo. Cuando alguien que conocemos deja atrás a sus seres queridos, surgen preguntas como “¿Qué será de ellos ahora?” o “¿Cómo pagará su familia el funeral?”.

Es lamentable que se necesite una tragedia para que pensemos en cosas como el seguro de vida, pero es un tema que muchas personas evitan debido a su naturaleza macabra y desagradable. Nadie quiere pensar en su propia muerte o en la de sus seres queridos, pero planificar con anticipación puede ayudar a proteger a quienes amamos de las dificultades financieras que enfrentarían tras nuestra partida. Considera qué pasaría con las personas que dependen de ti si ocurriera lo impensable.

Los gastos funerarios y de entierro por sí solos pueden suponer una enorme carga para tu familia, sin mencionar los muchos otros costes que potencialmente afectan a los hogares tras el fallecimiento del sostén de la familia. Por ejemplo, ¿sabías que el coste promedio de un funeral supera los $6500? El estrés de encontrar o pedir prestado tanto dinero puede ser especialmente difícil para una familia que está de duelo.

Desafortunadamente, los gastos finales no se limitan a los costes del funeral y el entierro. Las familias y los cónyuges también pueden ser responsables de las deudas, como las de tarjetas de crédito, préstamos para automóviles y viviendas, facturas del hogar y otras obligaciones monetarias del fallecido.

Si alguna vez has conocido a alguien que ha perdido a su cónyuge o a un familiar cercano que no tenía seguro de vida, probablemente sepas lo difícil que puede ser lidiar con estos gastos inmediatos a largo plazo. Tener un seguro de vida puede ayudar a proteger a tu cónyuge, hijos, padres o cualquier otra persona que pueda heredar tus gastos finales de la adversidad de cargar con esa carga financiera por sí solos.

Todas estas razones merecen reflexión cuando consideras la compra de un seguro de vida. Sé minucioso. Investiga sobre las pólizas y la cobertura, decide tu presupuesto y habla con tu cónyuge y otros familiares para determinar qué cantidad de cobertura es la adecuada para ti.